domingo, 13 de septiembre de 2015

IGLESIAS Y MUSEOS

El Papa dijo algo así como que una iglesia cerrada es como un museo, y alguien dijo ah sí, que se lo diga al obispo de Morón

(todo esto es medio de oído)

Pero a mí me desencadenó otro razonamiento, que es que para mí una iglesia ES un museo (ratifico, PARA MÍ).

Siguiendo el razonamiento, una iglesia cerrada es un museo cerrado, y una abierta, un museo abierto.

Es imprescindible para seguir, decir que amo los museos.

Que hasta el más pequeño y desvencijado es depositario de la memoria humana, y que incluso aquellos que ficcionan, falsean, también nos cuentan la historia de la cultura.

Que es la historia de la humanidad.

Entonces (para mí), entrar en iglesias y museos merece despojarse de todas las prisas, los prejuicios y entregarse a la pura contemplación, a, con eso que se observa, en lo edilicio, en las artes expuestas y hasta en la observación de los otros que visitan, con el botín de aconteceres obtenido a través de la propia mirada (una mirada en paz) construir comprensión de lo ya ocurrido y abrir caminos nuevos, menos anfractuosos, para lo que vendrá.

Sí, pìenso que las iglesias siempre han sido museos, en la mayoría de los casos grandes museos populares.

Me asaltó un pensamiento por el estilo hace tal vez 15 años, delante -y dentro- de la catedral de Laon, en la Picardie -al norte de Paris- cuya construcción fue iniciada a mediados del siglo XII e siendo, cronológicamente, una de las primeras catedrales góticas. Y me lo hizo pensar el hecho de cómo se concibió un artefacto tan grande para un pueblo tan chico como el que tenía alrededor. O sea, del otro lado de la plaza, uno mira la catedral y se ve el final del pueblo casi para todos lados.

Me imaginé al pueblo entero reunido en su interior, a la vez empequeñecido y halagado, puesto que lo que ahora nos parece frío e inhóspito debía ser el lugar más calefaccionado, y el punto en el cuál se dirimirían muchas de las cuestiones de la sociedad de la época.

Es más, resulta ilustrativo recorrer -en el link que adjunto abajo- el devenir histórico de la catedral, de como su construcción fue precedida por una rebelión popular contra las arbitrariedades del obispo anterior que condujo a la destrucción del palacio episcopal y de parte de la catedral anterior.

Me gustan las iglesias, y soy ateo, totalmente. Esto no significa que no me pregunte sobre el origen del universo y sobre montones de cosas que no sé -casi todas- pero no creo que haya una entidad que se ocupe de dirigir nuestros asuntos, y menos aún, que diga de destruir vidas y bienes de quienes creen en otra entidad que debe ser la misma pero con otra cara o vestida con otras ropas.

Qué tenues son los límites. Como en la propia vida diaria.

Me gusta lo que está haciendo Francisco en este momento, como me disgustaba muchísimo lo que hizo el papa neoliberal Juan Pablo II, cómplice en primer grado de todas las desgracias que asolan al mundo de hoy, una personalidad para mí abominable, al nivel de Reagan, Thatcher y Pinochet.

Y ahí entra, se hace visible el verdadero factor: la política.

En todos lados, museos, iglesias y la calle, está la política. La Politica. como en bancos, como en empresas, como en sindicatos.

Como en tu casa y en la mía.

Es como nos relacionamos con los demás, y, sobre todo, QUÉ VIDA QUEREMOS PARA LOS DEMÁS.

Al final, no sé muy bien que quiero decir.

Pero estoy razonablemente seguro de que lo dije.

RH






https://es.wikipedia.org/wiki/Catedral_de_Laon

1 comentario:

  1. muchas catedrales han sido llegada de peregrinaciones, por eso se y mataban por ir a ... medio oriente... a buscar "reliquias... muy necrofilicos ¿cambió?
    las ciudades, surgieron con el renacimiento, el burgo y los burgueses,
    es mas, también se usaban para festejos mas o menos paganos creo que hasta el "concilio de Trento"
    está bien lo que decís, por ahí son museos, hoy por hoy.

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