martes, 27 de enero de 2015

De Auschwitz a AMIA

Hoy se cumplen 70 años de la llegada de las tropas soviéticas a la entrada de Auschwitz- Birkenau.

70 años.

Mi abuelo murió allí, quién sabe en qué circunstancias; ya era en ese momento un hombre mayor -tuvo a mi papá de grande, y éste a mí de grande también- y probablemente bajar del tren que lo trajo de Drancy en las afueras de Paris y ser conducido a la muerte hayan sido un único acto.

Cuento esto para decir que he sido testigo de la gran variedad de comportamientos por las que puede optarse al ser víctima o superviviente de un acontecimiento tan terrible, desde el silencio hasta la militancia por el resarcimiento o la venganza. Desde la depresión que incluye la culpa por haber sobrevivido, hasta el transformar la sobre vida posterior en una nueva vida, el exilio, la huída, en una emigración.

70 años.

De la AMIA han pasado 21 años.

Es mucho. Pensemos en qué han supuesto 21 años en otros devenires, en los relacionados con Auschwitz por ejemplo.

El partido nazi llegó al poder en el 33.

12 años después cayó, dejando tras de sí decenas de millones de muertos, un mundo destruido y un grupo social en particular arrasado en un porcentaje altísimo.

12 años, introducción, nudo, desenlace.

3 años después una parte de los supervivientes encuentra en un nuevo estado un sueño, un refugio, una fortaleza para ejercer la venganza. La gran variedad de comportamientos entre los que puede optarse... etc etc. OJO. No estoy escribiendo sobre el estado creado ni las condiciones en que se creó ni sobre las consecuencias que tuvo en otros grupos sociales y en todo el mundo de posguerra, que llega hasta hoy.

No. Digo que en 15 años, desde el 33 al 48, pasó todo lo que pasó.

Vuelvo a la puerta de Auschwitz, a la llegada de los soviéticos el 27 de enero del 45.

Ese camino en concreto podría también datarse en la publicación de "Mi lucha", el 18 de julio del 25, el 18 de julio ay ay ay acabo de dame cuenta, y no me voy a desviar, no pasaron 20 años entre la puesta por escrito del plan de exterminio y el cierre de esa des-experiencia aterradora.

No pasaron 20 años.

Introducción, nudo, desenlace.

Es mucho 20 años.

Cómo lo digo.

¿Cómo pueden las víctimas y familiares de la masacre de la AMIA, la sociedad toda que como HOY puede constatarse es la gran víctima, el gran carnero sacrificial, subido ya al ara para ser abierto en canal, sus tripas extraídas, esparcidas por los suelos en nombre de otros dioses cuyos caras conocemos y nombres sabemos, seguir aceptando 21 años después "que no se hizo nada"? ¿Cuál es el anestésico que se le suministra a unos grupos de VERDADERAS VÍCTIMAS, que aceptan sin rechistar recibir como única compensación el participar cada año en ritos de recordación mientras DELANTE DE SUS NARICES quienes tienen la responsabilidad, la obligación de liderarlos, de cobijarlos en esa intemperie de dolor sin solución representaron un papel de estatua de sal durante más de 20 años, enseñándoles un sendero de resignación impostado en una reivindicación insustentable, un "fueron ellos y ya está". Un Esperando a Godot que termina como todas las esperas de fantasmas. Oximorónicamente, no termina nunca.

Vuelvo a decir: 20 años. Vuelvo a preguntar ¿Cuál es el anestésico que les dieron para no rebelarse en un acto paroxístico contra esa dirigencia, a esos fiscales, éste que se fue que estuvo 9 años dando vueltas sin hacer nada más que lo que sabemos y lo que sabremos, a esos policías, a esos diputados que se hacen pasar por sus guías espirituales mientras comparten partido con individuos directamente pro-ce-sa-dos por el encubrimiento de la masacre?

¿CÓMO NO SE ENOJARON? ¿CÓMO NO SE ENOJAN CON SUS DIRIGENTES, LOS SACAN DE DELANTE SUYO, SON SU PEOR VENDA, SU GARANTÍA DE SUFRIMIENTO CONTINUADO?

¿Cómo no reflexionan, no caen en que si los tienen en un corral tanto tiempo, un lapso comparable al que pasó hace menos de un siglo en que el diablo bajó a la tierra, millones de sus congéneres fueron asesinados junto con un mundo destruido por el mal, para comenzar de cero, todo en unos 20 años tremendos.... será porque no los quieren dejar salir nunca?

Qué bárbaro.

Despiértense. Aprendan de esas viejas locas, maravillosas, a las cuales ninguna alambrada retuvo, a las cuales no hubo juez ni fiscal que pudiera paralizarlas, dormirlas ni un minuto, que no se dejaron cargar nunca por ningún dirigente. Esas viejas que también tuvieron que esperar, pero nunca, pero nunca se quedaron ordenaditas en un acto anual, en los cómodos micrófonos. Gritaron apretaron corrieron saltaron bailaron, cantaron.

Basta. Que nos arrastran a todos. Nosotros somos ustedes.

Ayúdenos y se ayudarán.

No más terribles dieciochos de julio.

RH

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