miércoles, 4 de junio de 2014

ARISTOGADOS

Roberto Gargarella acaba de publicar un engendro -esto es un prejuicio de esos posta, no le he leído niloleré) titulado -(por eso nololeré)

"Por una justicia dialógica
El poder Judicial como promotor de la deliberación democrática"

Ese título me ha inducido (¿por qué no "inducto"?) a caer en que cierta troskogresía, como la encarnada en el aristogado Gargarella, cree que va a tomar el Palacio de Invierno con una sentencia del juez Lijo.

Nono.

El poder judicial, minusculizado adrede, no puede, no debe, no es nadie para "deliberar", divagar selodigodirectamente sobre la democracia.

El poder judicial debe hacer cumplir la ley. No sé por qué carajo se le ha agregado entre sus derechos decidir si algo es constitucional o no, cosa exclusiva para el pueblo y sus representantes.

Creo, insisto en que el poder judicial debe hacer cumplir la ley, y no en 37 años y subiendo como en el caso de Papel Prensa, sino todo lo inmediatamente que sea menester.

Cada minuto que pasa, aleja a la ley de la Justicia, con mayúsculas, esa de resarcimiento, de sanación.

Cada minuto es impunidad, cada minuto es injusticia.

"La deliberación democrática" sirve para que mientras "deliberan" las leyes sigan incumplidas, la sociedad siga injusticiada.

Aristogados, llamo a los Gargarellas, y no es chistoso: es dramático para las víctimas.

Que es la sociedad entera.

RH

1 comentario:

  1. Muy complicado el calificativo; con "mal bicho" le alcanza y le sobra para semejante "intelectual"

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