lunes, 7 de octubre de 2013

PARA PENSAR EN (Y SOBRE TODO CON) URUGUAY

Teniendo en cuenta lo que dice Aliverti:

"Hace más de 30 años que en Uruguay es política de Estado plantar árboles con el fin de producir explotación maderera, junto con la agropecuaria y el turismo como ejes de su desarrollo o sobrevivencia. Pero es cierto que los países líderes de la región, Brasil y Argentina, han ejercido un doble comando que ninguneó a las economías más pequeñas, las dejó sin otra chance que su individualismo productivo, deshilvanó el Mercosur en provecho de las transnacionales. Los grandotes del barrio tienen así una alta cuota de responsabilidad en los aprietos de esta naturaleza, y ahora habrá que ver cómo se sale de éste."

Sigo yo. Más allá de los Pepes o de los Tabareses, o de los De Angelis, porque tampoco hay que olvidar que la primera radicalización del conflicto con Uruguay provino de quien posteriormente, en complicidad con Clarín incendió al país intentando derribar a un gobierno democráticamente elegido...

... usando el sistema de pensamiento cristinero, o sea, ante un desafío de este tipo, una propuesta (o también desafío) superador, del tipo de "de los laberintos se sale por arriba"...

¿No sería hora de plantearse DE VERDAD la integración con Uruguay, en todos los ámbitos en los que sea posible? ¿Que lo que hacen ellos y hacemos nosotros no sea "contra" el otro?

Esto ya ocurre en los hechos de formas "no deseables", esto es, Uruguay comno objetivo de fuga de capitales, de fuga de turistas, de Uruguay como fuga de "autoestima".

Uruguay "no es Uruguay". Uruguay es la República Oriental del Uruguay.

En los hechos, irrebatiblemente, nosotros somos "la república occidental del Uruguay".

Pensemos algo, para salir de estas impotencias, para que no nos sigan devorando los de afuera.

SOBRE TODO LOS DE AFUERA QUE TENEMOS ADENTRO.
RH

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