martes, 25 de diciembre de 2012

CUATRO BODAS Y UN FUNERAL (DE LA IMPUNIDAD DE LOS ABUSOS DE LA PRENSA)


Resulta que Hugh Grant, el actor de la película susodicha, fue espiado por uno de los medios de Murdoch, el Magnetto del mundo.

Y, sí... dueño de la Fox, del Sky Channel, del Wall Street Journal, de The Times (británico, no confundir con The New York Times), tan poderoso es que Aznar, siguiendo la sentencia magnética "puesto menor", dejó el puesto menor de Presidente de gobierno español para integrarse en el directorio del grupo de Murdoch tal como se lo estoy contando, ocurrió en el mismo momento oiga (2004)

La cosa es que se fueron de mambo, (bah, siempre se fueron de mambo, esta vez se dejaron agarrar o alguien puso voluntad en agarrarlos) y los agarraron in fraganti espiando a centenares de famosos, más de 800 se sabe. Pinchazos de telefonos, hackeos de mails, seguimientos...

Hugh grant les acaba de ganar el juicio, o arreglar por un montón de plata, y donó esa plata a "Hacked off", una organización dedicada a combatir los abusos de la prensa.

"Hugh Grant se une a una larga lista de afectados que han recibido indemnizaciones del grupo de medios de comunicación propiedad de Murdoch por las escuchas ilegales. Entre ellos, se encuentran el actor Jude Law, el exviceprimer ministro laborista John Prescott, el futbolista Ashley Cole y la cantante Dannii Minogue, que han llegado a cobrar elevadas sumas."

"Se calcula que en el Reino Unido hay unas 800 víctimas de los pinchazos telefónicos realizados por detectives y periodistas del News of the World, entre ellos famosos y también gente corriente como familiares de soldados o víctimas de asesinatos célebres. La policía británica ha detenido a varios empleados y directivos del rotativo -clausurado por Murdoch tras 168 años de historia-, que están en libertad condicional mientras continúa la investigación."

Censura previa: por favor, no me diga nadie que "lo que pasa que el sistema judicial de allá...". Estos abusos llevan décadas, y este juicio en sí mismo, años. Y se termina llegando a "acuerdos extrajudiciales", lo cual quiere decir que se arregla con plata. Apenas un rasguño en la impunidad. O sea, termino contradiciendo mi propio título.

Pero no: porque la primera impunidad, la del imaginario popular, sí queda rota: ya la mayoría sabe que son unos delincuentes.

Que es lo que, más allá de los avatares juidiales, pasó acá también.

¡Brindemos también por ello!

RH


Visto en: http://elpais.com/elpais/2012/12/24/gente/1356352605_086439.html


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